Tenemos Que Hablar Sobre el Trastorno de Estrés Postraumático en los Padres de la UCIN
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Nada puede realmente prepararte para ser una madre (o un padre), pero cuando un bebé nace prematuro, la emoción y la anticipación de un recién nacido se interrumpe dramáticamente. Sorprendida y abrumada, de pronto te encuentras en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) con poca o ninguna advertencia.
La unidad de cuidados intensivos neonatales: un lugar que suena aterrador y es poco probable que acabes ahí. Durante ocho semanas visité a mi bebé todos los días, tratando de ser madre en un mundo médico. Las incubadoras albergaban bebés diminutos al límite de la vida, y a mi alrededor, los monitores emitían señales y alarmas en respuesta a la incertidumbre de nuestra situación.
Dada la naturaleza de la UCIN — el dolor de dejar a tu bebé frágil cada día, los sentimientos de vacío y dolor, la incertidumbre y los altibajos, las líneas, los cables, los monitores y las alarmas, sin olvidar los timbres de seguridad en la entrada de la unidad o el lavado riguroso y constante de las manos — no me sorprendió que los padres que han tenido un parto prematuro corran un mayor riesgo de depresión posnatal, ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Recuerdo el momento en que me sentí asustada y abrumada por los síntomas del TEPT; iba de regreso a a la unidad neonatal con mi bebé para su chequeo de cuatro semanas después de salir. En cuanto llegué al estacionamiento del hospital, pude sentir el latido de mi corazón en mi pecho y escuchar los latidos y el flujo de sangre que palpitaban en mi cabeza. Me sentí mareada cuando los sonidos y sentimientos se transformaron en el pitido, el pitido, el pitido de los monitores y el zumbido del ventilador cuando el aire llenaba los pulmones de mi hijo. Cerré mis ojos para bloquear el pánico, pero todo lo que podía ver eran cables y la subida y caída mecánica del pequeño pecho de mi bebé. Me sentí mal al fondo de mi estómago, como si todo mi cuerpo se estuviera apagando y no hubiera nada que pudiera hacer para detenerlo.
Sin embargo, nadie te advierte sobre los flashbacks or las escenas retrospectivas. El trastorno de estrés postraumático a menudo se presenta una vez que estás en casa. La red de apoyo del hospital puede desaparecer de la noche a la mañana y te dejan sola preguntándote cómo le hiciste. La familia y los amigos con buenas intenciones asumen que los tiempos difíciles están detrás una vez que a tu bebé lo dan de alta en el hospital, pero eso parece una farsa. La manera en la que yo podía acceder apoyo estaba cerrada para mí, con preguntas bien intencionadas en clínicas de salud o grupos de bebés que solo intensificaban los sentimientos negativos de ira, celos y pena. Para mí, la realidad de ser madre en la UCIN estaba tan alejada de la “norma” que me aíslo, incapaz de conectarme con las madres locales y las experiencias de otras familias.
Durante mucho tiempo creí que estaba sola en mis pensamientos de pérdida, enojo y pena. Temerosa sobre lo que la gente podría pensar en mí, me quedé callada ante los flashbacks y luché día a día con ansiedad. Todavía recuerdo la enorme ola de alivio que me envolvió al leer por primera vez el relato de otra madre sobre la vida después del cuidado neonatal. Puede que hayan sido las primeras horas de la mañana leyendo su blog, pero de repente ya no estaba sola, y lo que es más, descubrí que, de hecho, lo que yo estaba viviendo era bastante normal.
Más del 40 por ciento de las madres de la UCIN experimentan depresión postnatal (en comparación con el 5-10 por ciento de las madres que dan a luz a tiempo completo sin complicaciones) y más de la mitad reportan síntomas de ansiedad y trastorno de estrés postraumático. Sin embargo, como en muchos aspectos de la salud mental, el trastorno de estrés postraumático después del cuidado neonatal intensivo rara vez se habla, y las madres, como yo, se esconden.
Supongo que por eso comparto mis experiencias ahora, es la razón por la que grito a quien esté dispuesto a escuchar que dos de cada cinco mamás experimentan dificultades de salud mental tras el nacimiento prematuro de sus bebés. La UCIN puede ser un mundo oculto y las emociones a menudo conflictivas es difícil de entenderlas, pero solo hablando de manera abierta y honesta podemos comenzar a crear conciencia, ofrecer esperanza y pedir más apoyo.
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Una versión de esta historia fue publicada primeramente en The Huffington Post UK.
Thinkstock por JynMeyerDesign